Danielle y Ryan Elliott, dos DJs con profundas raíces en la cultura de club y la música de baile, prefieren los espacios intermedios. Ni house, ni techno; relajados, pero sin descuidar los detalles; no exactamente clásicos, pero tampoco totalmente modernos; profundos, pero inmediatos.

Danielle pasó más de una década trabajando en la famosa tienda de discos Phonica, antes de establecerse en Bristol, donde trabajó para otra tienda igualmente emblemática, Idle Hands. Sus vínculos con Bristol ya eran muy profundos: el influyente Peverelist fue uno de los primeros en descubrir su talento y la contrató para pinchar en las fiestas de su famoso sello Livity Sound. Ryan se curtió en Detroit antes de dar el salto a Berlín, donde fue residente en Berghain y Panorama Bar, así como en la legendaria sala Robert Johnson de Offenbach.

La versatilidad viene dada con ese tipo de experiencia, así que llegan a Sónar 2026 con una sesión fluida y discreta, que demostrará que la buena música de baile nunca pasa de moda.