Para Crystal Murray, el pop es un concepto fluido. El repertorio de esta artista francesa de 21 años abarca desde el r&b con toques de blues (“Hot Mess”) hasta el trap de baja intensidad (“Creeps”) y la música de baile más dulce (“Too Much To Taste”). Un talento precoz (como parte del colectivo de adolescentes Gucci Gang ya pinchaba y actuaba con 14 años en clubs de París) y defensora incansable del arte femenino negro en la industria musical, este año traerá a Sónar una banda al completo. Aunque, por supuesto, será su irresistible voz, en parte Erykah Badu y en parte Betty Davis, la total protagonista.