El último set de Sónar de Día está en buenas manos: este año, el telón final se cerrará tras la sesión del legendario Erol Alkan. En los últimos 20 años, el DJ londinense ha marcado la dirección de la música de club a nivel internacional, empezando con sus fiestas Trash, que borraron las fronteras entre géneros en la pista de baile, hasta su sello Phantasy Sound, que defiende y define lo mejor del techno underground británico con artistas como Daniel Avery, Gabriel Gurnsey y James Welsh, al mismo tiempo que sirve como hogar para sus propias producciones. Alkan ha remezclado a todo el mundo, desde New Order a Justice, y como productor ha dado forma al sonido de nuestro tiempo con sus trabajos para bandas como Ride y Late of The Pier. Un gran conocimiento requiere una gran responsabilidad, y no hay nadie en quien confiemos más para poner la guinda final a esta 26ª edición del festival.
Hola Erol, gracias por tomarte el tiempo de hablar con nosotros. Tu relación con Sónar se remonta a más de una década. ¿Recuerdas la primera vez que asististe o que actuaste en el festival?
La primera vez que actué fue en realidad también la primera vez que fui a Sónar. Al principio de mi carrera estaba tan inmerso en la burbuja de la música alternativa y de la electrónica de Londres, que iba todo el tiempo a clubes nocturnos como Fabric y The End (antes incluso de que Trash se instalara ahí), y el hecho de salir al extranjero para ir a un club o ver a algún DJ por aquel entonces no formaba parte de mis planes. Supe de la existencia de Sónar poco después de tocar en otros festivales del Reino Unido, y fue unos años más tarde cuando me invitaron a tocar por primera vez. Mi experiencia fue asombrosa, porque, sí, estaba acostumbrado a muchos eventos grandes, pero Sónar fue más de lo que me esperaba. Me di cuenta de que la programación y la selección de artistas era mucho más diversa, más profunda, más amplia... una de las artistas que actuaba era Grace Jones, y nunca olvidaré mirar detrás del escenario y ver un caballo*. Pensé: "esto es bastante especial".
Qué año fue eso, ¿te acuerdas?
Creo que quizás fuera 2008, y me pidieron que pinchara un set de música disco. Fue bastante interesante porque, obviamente, yo formaba parte de una escena y un sonido, que me encanta, que es muy ruidoso y muy agresivo. Era muy consciente de los buenos discos que salían de ese estilo, y al mismo tiempo de cómo contribuir a un nuevo sonido o a una nueva idea que de alguna manera influiría en el futuro, para bien o para mal. Cualquier sonido o género que tenga ese tipo de impacto tendrá un legado, y será utilizado de una manera muy positiva e interesante, y al mismo tiempo también se pervertirá. Con ese set de Sónar pude sumergirme de forma más profunda en la tradición disco, lo cual me permitía poder seguir trabajando en la línea que ya estaba siguiendo, con esos sonidos y elementos de la música disco que formaban parte de lo que estaba haciendo, pero al mismo tiempo usando una gama mucho más amplia de registros, tracks y artistas. Así que realmente disfruté mucho de poder ir al festival y pinchar un set de disco en lugar de estar atado a pinchar ese sonido que estaba en todas partes en ese momento.
¿Tuviste la sensación de que el público presente entendió la sesión? ¿Respondieron bien a ese cambio respecto al sonido por el que eras más conocido?
Eso creo, sí. Había mucha gente y todo el mundo se movía y bailaba, pero obviamente tú estás pinchando, no sabes del todo que ocurre ahí abajo... Si estás acostumbrado a ver a la gente tirándose del escenario, y esa noche estás pinchando un conjunto de discos completamente diferente al habitual, tampoco esperas que esa noche la gente vaya a tirarse del escenario. Además, es importante recordar que, cuando estás ante una audiencia tan grande y ves a ese 10% del público en primera fila volviéndose loco, tienes que tener presente al 90% restante de los que están allí, que también quieren que les sorprendas y les hagas bailar. No puedes caer en la trampa de pretender que todos se vuelvan locos. Es genial cuando eso sucede, pero a veces hay que encontrar otras formas de conectar con la gente. Así que fue interesante que eso fuera lo que me pidió Sónar, especialmente cuando estaba pinchando en espacios que no superaban las 500 o 600 personas, para mantener una cierta intimidad. De golpe, pinchar un set de disco para 10 mil personas fue realmente un reto, una manera de salir de mi zona de confort, algo que me gusta mucho, porque siempre suele salir algo positivo de ello.
De la misma manera que acostumbramos a encasillar a los artistas también muchas veces lo hacemos con el público, y en Sónar pensamos que a la gente realmente le gusta ser desafiada, que buscan siempre algo diferente.
Sí, estoy de acuerdo. Diría que ocho de cada diez personas que asiste a un evento como este tiene una mentalidad abierta. No es concluyente estadísticamente, por supuesto, pero digamos que la mayoría de la gente es así. Y creo que nosotros, como DJs, tenemos que inspirarnos por ellos y pensar también de forma abierta. No solo estás haciendo tu set para tus fans, ni siquiera estás pinchando para la audiencia del festival como tal. Hay festivales como Sónar que realmente exigen que profundices más en lo que puedes hacer e incluso puedas sorprenderte a ti mismo.
Hemos hablado recientemente con otros DJs sobre cómo las nuevas tecnologías y herramientas digitales pueden convertir una sesión prácticamente en una nueva forma de directo. ¿Como funciona en tu caso?
Pongámoslo de esta manera: cuando estaba al frente de Trash, del 99 en adelante, pinchaba con dos reproductores de vinilo, dos cd players y un chaos pad para "dubbear" los tracks con delays, distorsiones y ese tipo de cosas que ahora puedes hacer con las propias mesas. En realidad esos efectos ya estaban y siguen estando al alcance de todo el mundo, así que creo que lo más importante no es lo que tienes en tus manos, si no cómo lo usas. Poner una gran cantidad de reverb, cortar los bajos en seco, meter ruido blanco... ese tipo de efectos en las manos correctas pueden ser algo realmente inspirador, pero en manos de otros muchas veces suena a desastre total. Intento estar (espero) en el lado de los que hacen que tenga sentido, usándolos con buen gusto y sin destrozar los tracks originales. Eso sí: al poder manipular los tracks mucho más que antes, ahora es posible aumentar la tensión, y eso es algo que me encuentro haciendo cada vez más y más.
El hecho de tener acceso a tanta música, ¿crees que puede crear un problema de cantidad por encima de la calidad?
Sí, tener todos esos discos a tu disposición, creo que en un 50% es algo positivo pero también en un 50% algo negativo, porque a veces muchos discos que no necesitas tapan a otros que son los realmente interesantes. Quizás solo necesitas 10 temas en una carpeta concreta, 10 tracks en los que creas a ciegas, en lugar de tener 100 y con 90 de ellos que te gustan solo un poco cuando haces tu ronda de descargas de promos. Creo que existe un proceso creativo que depende de lo que eliges llevar contigo y de cómo respondes a esa elección durante la noche. Yo tiendo a hacer sets bastante largos, así que la manera en la que armo mi lista de reproducción y la forma en que ordeno esos discos es muy importante para la experiencia que tendré esa noche. Si estoy buscando algo, ¿qué voy a encontrar y cómo lo voy a encontrar? Realmente algo que puede marcar la diferencia es tener un disco que cuando lo pinchas una noche de una manera en la que te imaginabas que iba a funcionar sorprenda a tu aduencia, la excite. Necesitas encontrar ese disco que le vaya a dar un giro a las cosas.
¿Piensas realmente que puede depender de un solo disco? En un buen club track siempre hay algo muy elemental…
Me acuerdo que en la época de Trash, cuando "Seven Nation Army" lo petó, yo fui la primera persona en tener ese disco y ponerlo. Como productor, creo que es importante pensar en esos discos, ya sea uno electrónico o uno más rock con banda; pensar en cómo puedes lograr que esos discos destaquen por derecho propio. Pero también tienes que hacer lo correcto para la canción y respetar al artista: no vale solo poner una línea de 808 sobre un disco indie y pensar que ya está todo hecho y que seguro que funcionará en el club.
Pero hay auténticas maravillas entre los remixes en clave club de muchos maxis pop de los 80 que son exactamente eso que dices…
¡Por supuesto! De hecho, esos discos son en realidad la mayor influencia para mi como remezclador. François Kevorkian es el jefe en ese estilo.
En muchos sentidos, Trash fue un precursor del momento presente, de la idea de que puedes tomar influencias de todos los géneros y que si funciona, pues funciona y ya está. ¿Qué te parece que el mainstream se haya apropiado de esa idea?
Para mi es natural, siempre lo he sentido así. Me parece bien. Es como cuando la gente dice "¿cómo es posible que te gusten los discos de The Wedding Present y de Warp al mismo tiempo", y yo siempre respondo "¡y como podría ser que no me gustaran!". Me gustan las personas de todas las partes del mundo sin discriminar. Entonces ¿por qué tendría que discriminar una pieza musical?. Personalmente, no creo que importe mucho lo que escuches mientras creas que el artista que lo ha hecho es honesto y verdadero. Creo que es muy saludable y creativo que nos puedan gustar todos esos sonidos distintos al mismo tiempo. Puede que no siempre funcione al juntarlos, pero en cualquier caso el fracaso tampoco es algo tan grave.
Como productor y como DJ ¿qué es lo que crees que hace que un disco sea excelente?
Para mí, si tiene un groove y ese groove funciona bien para mí, el tema me engancha. También si tiene una letra y me creo esa letra, entonces también es un buen disco. O si tiene una buena melodía y me parece encantadora, entonces también es bueno para mí. La cuestión es que los discos no tienen una sola dimensión, tienen muchas dimensiones diferentes, igual que las historias. La música es verdad, siempre ha sido verdad. Incluso cuando es casi como una parodia, o cuando es psicodélica o está muy distorsionada, puedes percibir si viene de un lugar correcto.
Este año estarás cerrando SonarVillage el sábado, que es el último gran show de los eventos de Sónar de Día. ¿Qué esperas poder hacer durante ese set?
Obviamente, ese escenario y el ambiente de Sónar de Día son completamente distintos a la dinámica de Sónar de Noche. Es una atmósfera que me encanta, me gustan mucho esos sets que se dan cuando el día está empezando a caer y llega la noche. Tienes algo ahí con lo que trabajar, el cielo y el sol son elementos a tu favor. Es algo que yo considero como un elemento musical. Así es como veo el arte de pinchar: crear una banda sonora de una experiencia.
* Nota: Grace Jones no sacó un caballo en su actuación en Sónar 2009, pero era un recuerdo demasiado bueno para no incluirlo en el texto final.