Jlin siempre ha sido una artista fuera del tiempo. Desde que sus primeros tracks llegaran a Internet a principios de esta década, la productora de Gary, Indiana, se ha desmarcado de sus contemporáneos en el campo del footwork y del juke por talento y actitud. Desde entonces ha seguido ampliando su paleta sonora y las posibilidades de la música electrónica con cada nuevo lanzamiento, culminando (de momento) en "Autobiography", la partitura que compuso para el ballet del mismo nombre creado por Wayne Macgregor.
Considerada con todo merecimiento como una de las artistas más innovadoras de la escena internacional, fue un honor conversar con ella antes de su show en SonarLab el viernes 19 de julio, sobre su forma de tocar en vivo, su larga colaboración con Holly Herndon y su horario de trabajo matutino, que debería sacar los colores a la mayoría de artistas.
Sabemos que es muy temprano para ti, así que gracias por conectarte y atendernos a estas horas.
Bueno, en realidad mi mañana empezó a las 3:30...
Caray!
Soy mucho más creativa por la mañana, así que me gusta levantarme pronto. Además, estoy trabajando en una pieza importante y estoy más metida que de costumbre en todo el proceso.
¿Tienes un horario laboral estricto, como lo tendrías si tuvieras un trabajo de oficina?
Sí, soy estricta con eso, pero en realidad me levanto más temprano, así que no me siento como si estuviera en una oficina. De hecho, mi primer descanso es a las ocho en punto. Me gusta estar ya metida en mi mundo cuando todos los demás están todavía abriendo los ojos. Pero los fines de semana me levanto más tarde, a las 5 o las 6 de la mañana.
Ahora mismo nos haces sentir a todos mucho más perezosos...
Jajaja, así es como me funciona bien a mi, no tiene por qué ser para todo el mundo.
Hemos estado siguiendo tu carrera desde hace ya bastante tiempo, y nos encantaría saber si recuerdas cuando tocaste aquí por primera vez.
Sí, lo recuerdo. La primera vez fue de noche. Y fue una locura. Estaba abrumada. En ese momento estaba pasando por una fase de mucho estrés. Y estar rodeada de tanta gente a la vez fue como si estuvieran tirando de mí, fue tremendo.
Eso fue en 2016, ¿verdad?
Sí. Nunca había visto realmente cómo era un festival en Barcelona, tanta cantidad de gente. Yo estaba como, "¡whoa, en Sónar van a tope!". Pero, en realidad, me siento más intimidada cuando estoy delante de menos gente que cuando me encuentro ante una multitud. Cuanta más gente hay, de alguna manera siento como si estuviera en una habitación sola, porque siempre pienso que nadie me está prestando atención. Pero cuando la multitud es más pequeña, siempre pienso 'oh, maldita sea, están aquí'. De hecho, recuerdo que durante el tiempo que estuve sobre el escenario sentí como si estuviera en realidad en mi habitación. Como cuando era niña e imaginaba que los ositos de peluche amontonados en mi cama eran mi público.
Mencionas el hecho de tocar para ti misma, lo cual es interesante ya que tu música puede ser una experiencia profundamente personal cuando escuchas los álbumes, pero al mismo tiempo tocas estos grandes sets donde todo el mundo está bailando. Cuando estás en el escenario ¿tocas más para ti o para los demás?
Las dos cosas. Soy muy vulnerable, y también el público lo es, lo sepan o no. Porque no saben qué esperar. Quiero decir, si me has visto tocar antes, piensas que ya me has escuchado, pero en realidad no sabes lo que voy a hacer. O sea que es como si ambos estuviéramos compartiendo una experiencia nueva. Y me gusta, porque así es la experiencia humana: cualquier cosa puede pasar en cualquier momento. He vivido la situación de estar viendo a alguien tocar que te gusta de verdad, y de repente se le rompe el ordenador. Es terrible, y muy real. No es una fachada donde todo se ve bien, brillante y perfecto,
¿Pruebas tus tracks nuevos en directo? ¿O los temas y los directos son cuestiones completamente separadas?
Eso depende del propio show y de mi estado de ánimo en el momento. A veces toco lo que me apetece, como por ejemplo cuando juego solo con las partes percutivas y las baterías de los temas. Y hay otros momentos en los que simplemente dejo que suene todo de forma más natural. Las canciones siempre son las mismas, pero claro, las estoy interpretando, y por tanto siempre cambian un poco. Me encanta sentir esa vulnerabilidad en la música. Y me gusta cuando la gente escucha y construye sobre su propia experiencia de la canción en lugar de venir a verme hacerlo a mi. No me malinterpretes: me encanta que la gente me apoye y venga a mis espectáculos. Y siempre lo agradezco, por supuesto. Pero creo que cuando lo escuchan por su cuenta se convierte en su experiencia personal en ese momento presente, frente a mi experiencia en el momento pasado, de cuando hice ese track. Realmente creo que eso es importante.
Siempre se te ha conocido por crear sonidos desde cero, en lugar de usar los discos de otras personas y manipularlos, que es la manera como se trabaja en el footwork. ¿Qué te hizo empezar a hacerlo de esa manera en lugar de seguir la manera como lo hacían los demás?
Tengo una voz y tengo un sonido. Y quería descubrir cuál era. Sabía que estaba ahí. Y un día mi madre le dio todo el sentido, cuando me preguntó: "¿cuál es tu sonido?" Me di cuenta de que mi deber era averiguarlo. Por supuesto, cada género pasa por sus constantes evoluciones, ya sea el footwork, el jazz o el bluegrass, y yo quiero descubrir hasta dónde puedo evolucionar. Quiero ir hasta el infinito y dominar el tiempo, no que el tiempo me domine a mi. Eso tiene sentido, porque cada vez que te vemos tocar es distinta a la anterior, como en una progresión constante. Así es como tiene que ser. Es gracioso: Holly Herndon siempre me dice que cada vez que me ve tocar no le parece un sprint si no más bien una maratón. Hace tres años, mi vida se volvió bastante frenética. Siempre estaba en la carretera, trabajando, diciendo que sí a todos los shows que me proponían. Llegué a un punto en el que todo el mundo me decía "tienes que bajar el ritmo, si no te quemarás". Y el año pasado, efectivamente, me quemé. El último concierto del año se suponía que tenía que ser en Portugal, y en ese momento estaba en Indonesia. Y no pude hacerlo, no pude subir al avión. Me puse en contacto con mi representante y le dije "no lo puedo hacer".
Resulta interesante tu forma de escuchar; es como si los sonidos que eliges incorporar en cada momento de cada track estuvieran muy bien pensados.
Soy muy consciente de lo que incluyo en la atmósfera cuando estoy creando. Pienso que ese es el primer paso, ser consciente. No me gusta poner un sonido al azar ahí, solo porque queda bien; hay una razón, una intención detrás de todo. Por supuesto tienes tus momentos en el estudio en los que parece que puedes caer en esa tentación, pero no es mi manera de trabajar. Eso si, a veces encuentras un sonido por accidente que de golpe funciona a la perfección. Y es fantástico cuando ocurre.
Cuando estás escribiendo o componiendo ¿visualizas los temas? Algunas personas ven las estructuras o las capas de los diferentes sonidos, como se van construyendo. Aunque tu música parece más intuitiva en ese sentido...
No soy una compositora o una productora técnica. Cuando la gente me hace preguntas sobre tecnología, normalmente me río por dentro, porque soy la persona menos apropiada para contestarlas. Soy más intuitiva, sí. Cuando estoy componiendo, yo sólo soy el recipiente por el que está pasando todo. No sé si se entiende muy bien explicado así, pero es como lo siento. Por eso me siento incómoda cuando alguien me pide una clase magistral. Les digo que no, porque no domino nada, todavía estoy evolucionando. Se cometen muchos errores en el camino, momentos en los que pierdes el equilibrio por completo. Son momentos importantes, porque te ayudan a crecer en lo musical y en lo personal. Y esa experiencia personal es lo que crea la música.
La vida como proceso de aprendizaje...
Absolutamente. Y no creo que nadie haya dominado nunca nada. Creo que hay personas que tienen más experiencia que otras, pero no hay maestros de nada. Me considero probablemente una de las personas con los pies más firmes en la tierra que conozco. Soy bastante tonta con muchas cosas, y tengo claro que todavía estoy creciendo, y soy aún muy inmadura en muchos aspectos. Solo intento hacerlo lo mejor que puedo, y de alguna manera ser un ejemplo para la próxima persona que venga. Como le digo a la gente todo el tiempo, me siento contenta si he conseguido armar un par de sonidos buenos en un día malo. Muchas veces estoy viendo un video en YouTube y pensando "wow, esto es buenísimo". Pero claro, no te muestran todas las ediciones previas hasta llegar allí. Y sí, a veces he estado en el estudio 30 horas para conseguir algo que dura solo 30 segundos. Esto no va de enchufar las máquinas y ponerte a tocar. Realmente tienes que trabajar duro. Y aunque puedas ser el mejor de los mejores, aún así tienes que trabajártelo.
Se trata de mostrar la realidad detrás de la imagen perfecta de Instagram.
Si, eso es. Por favor, dejad de mostrar el mundo a los chavales como si fuera perfecto.
Uno de los temas que estamos tratando en Sónar este año es sobre los próximos 30 años de Internet. ¿Cómo te ha formado a ti como creadora y como persona? Ha sido muy importante. Cuando entré en MySpace nunca pensé que iba a convertirme en productora. Recuerdo que en esa época sólo escuchaba música y un día, por casualidad, un amigo DJ me envió una versión pirata de FL Studio. Así que, ya sabes, me dije: "A ver qué se puede hacer con esto". Durante la primera semana no conseguí hacer ningún ruido o sonido. En ese momento Youtube también estaba empezando a emerger, así que me metí en Youtube para ver si alguien sabía cómo hacer que eso funcionara. Eso fue a finales de 2007. Trabajé y trabajé y trabajé y empecé a desarrollar mis habilidades con el programa. No diría que era buena, pero empezaba a entender lo que estaba haciendo. En 2009 hice "Dark Energy", y todo cambió. Tenía miedo de mostrarlo, pero al final lo hice de todos modos. Y mucha gente me dijo que nunca habían oído nada igual, lo cual me pareció muy buena señal. Entonces llegaron los de Planet Mu y, ya sabes, el resto es historia.
¿Crees que esto podría pasar ahora? Parece que estamos retrocediendo y que los intereses corporativos controlan internet.
No me preocupa demasiado, porque siento que, al final, no puedes detener algo que es para alguien. Puede que te deje fuera por un segundo, pero no se va a detener. Creo en el infinito, y pienso que los que se suponen que tienen que escuchar escucharán, y los que no, pues no. Y me parece bien, así es la vida. No me muevo en la línea del miedo, si no en la de la creatividad. Así que me alejo de estos temas, no son asunto mío.
Pero incluso si eso significa que las oportunidades creativas ya no existen para personas como tú o que vienen detrás de ti...
Vale, déjame volver atrás un segundo. Personalmente estoy conociendo gente todos los días en la red. Y gente que también depende de ti como persona, porque soy muy accesible a todos los niveles. Si me ves en la calle, o me ves en público, o me ves en la red, puedes darme un toque. Eso para mi es crear tu propio espacio, no es sólo tecnología. Lo primero que tienes que hacer es ser un ser humano.
Volviendo a la música, el año pasado en Sónar+D la ingeniera de sonido de Prince, Susan Rogers, dijo que el futuro de la música pasaría por la "tonalidad" en lugar del "ritmo". ¿Cómo crees tú que sonará la música del futuro?
La música puede ir en cualquier dirección, es infinita. ¿Cuántas veces hemos visto como la música unía al mundo entero? Ocurre todos los días: puede que no te entienda, pero nos gusta la misma canción. Eso es de lo que se trata, es un lenguaje universal. Así que siento que puede ir en muchas direcciones diferentes. Por ejemplo: cuando oigo una track que está pensado para hacerte bailar en un club, quien me dice que necesariamente tenga que hacerlo bailando en un club? Podría estar en una película, o formar parte de un ballet, o de un desfile de moda. Podría mostrarse en un museo de arte. Creo que está en nuestra naturaleza poner un límite a las cosas, porque nos gusta tener el control, pero no tiene por qué ser siempre así.
¿Así que no se trata tanto de cómo suene la música si no de lo que puedes hacer con ella?
Sí, exactamente. Vale, ok, hago esta música, tengo este don. Y esto se aplica a ti como podría aplicarse a todo el mundo. Pero es como si, en lugar de pensar en una pequeña caja, pensaras en cómo puedes aplicar lo que haces a algo completamente diferente. Cuando llegas a un espacio tienes que estar dispuesto a sentirte incómodo. Tienes que estar dispuesto a no ser complaciente. ¿Dónde está la dualidad? ¿Dónde está la versatilidad?
Hablando de versatilidad, acabas de trabajar en un ballet con Wayne Macgregor y también has colaborado en el último proyecto y disco de Holly Herndon. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con la Inteligencia Artificial?
En primer lugar, tengo que decir que trabajar con Holly es siempre un placer. Porque con Holly haces las cosas a tu antojo. Nunca nos hemos sentado a planear nada, sólo estamos en el laboratorio experimentando, y de vez en cuando decimos, ,'ah, eso es genial'. Y luego se convierte en algo. Somos amigas desde hace 10 años. Cuando llegó el momento de trabajar con Spawn fue algo natural, como siempre ha sido. Aunque se trata de IA, no parecía en absoluto artificial. Somos dos personas a las que les encanta estar juntas y crear algo de esa unión. Y eso fue lo que pasó.